Robert. N. Taylor

ROBERT DE BRUCE | Tesco Germany

Primera parte, aquí.

Parte 4—El Secuestro

Lady Bruce y sus escoltas fueron capturados
A Inglaterra fueron conducidos y detenidos
para ser mantenidos como arma de chantaje
ahí en prisión para languidecer encadenados.

Y Bruce recibió noticias de esta negra acción
mientras estaba escondido en la isla Rochrin
frente a la costa norte de Irlanda,
en una caverna desierta y de tenue luz.

En una miserable cama estaba pensando
que tal vez se había encontrado con su derrota,
cuando vio hacia el techo y vio a una araña
tejiendo una red que no podía terminar.

Y la araña se esforzó por tejer
desde un punto en su red al siguiente.
Seis veces luchó por hacerlo,
seis veces fracasó y falló.

Entonces Bruce recordó su propia lucha.
Como la araña, seis veces él intentó.
Seis veces combatió al invasor.
Seis veces habían vencido a su lado.

Porque el tiempo es como una araña,
tejiendo redes alrededor de nuestras vidas.
Y vivir no es sino para la lucha,
para desentrañar todas sus mentiras.

Parte 5—La Araña

Él vio como la araña luchaba
en una tarea que se asemejaba mucho a la suya
y pensó para sí, «si ella lo hace,
mi propia tarea también continuaré».

Pero si este insecto ha de fallar,
ya no lo volveré a intentar,
a las guerras de Jerusalén viajaré
leal a mi espada y mi alma ahí moriré.

La araña salió del techo,
su meta era buena y era correcta.
Bruce observó la blanca red ahora terminada.
Su propia misión fue a renovar.

Sus ejércitos ahora se reunieron
sus frías picas brillaron por los aires
y sus tartanes y plumajes ondearon
con el espíritu para hacerlo y para atreverse.

En medio de la más desesperada y oscura de las batallas,
sobre la sangre coagulada en las altas paredes del castillo,
en que lucharon con el amor feroz de la libertad
estridente el gemido de sus gaitas sonó.

Porque el tiempo es como una araña,
tejiendo redes alrededor de nuestras vidas.
Y vivir no es sino para la lucha,
para desentrañar todas sus mentiras.

Parte 6—Victoria

Ahora seis veces había luchado y había fracasado
y en el séptimo intento él triunfó.
Libertad para su querida Escocia
la lucha había llegado a su fin.

Lady Bruce y su rey se reunieron
a su lado en el trono ella se sentó
gobernaron allí, para muchos un buen equipo
con equidad, justicia, e ingenio.

Pero los duros años de lucha habían robado
la salud del Rey Robert a la larga.
En su lecho de muerte a un camarada él convocó,
un último deseo por trasmitir él tuvo.

«Pon mi corazón en este medallón de plata
cuando mi alma haya partido y se haya ido
a las guerras de Jerusalén por favor llévalo
allí para luchar contra el cruel sarraceno.

De una flecha en España Lord Douglas cayó
pero el corazón del rey Robert fue salvado
para ser colocado en la Abadía de Melrose
donde descansa hasta el día de hoy.

Porque el tiempo es como una araña,
tejiendo redes alrededor de nuestras vidas.
Y vivir no es sino para la lucha,
para desentrañar todas sus mentiras.

Entrada original: “The Ballad of Robert The Bruce”. Remnants of a Season: The Collected Poems of Robert N. Taylor. Dominion/Ultra, 2016

Traducción: Francisco JavGzo