Robert The Bruce
…señor normando y conde celta, no siempre había sido un héroe, ni había sido un rey. Pero aconteció en el reino de la Escocia del siglo XIV que él ganaría el reconocimiento como el mayor Héroe-Rey de esa tierra. El camino que tomó fue un largo y arduo viaje: un viaje que se extendió por muchas millas, dificultades y sufrimientos personales, antes de que la victoria final se lograra unos catorce años más tarde.
Pese a las divisiones internas, traiciones, y un enemigo determinado y despiadado — el rey de la casa de Plantagenet, Edward Longshanks [«Eduardo Piernas Largas»; NdT] — Bruce iba a despertar de su propio letargo, y dedicarse en cuerpo y alma a la tarea de unir a sus compatriotas contra la opresión inglesa… una opresión a la que él mismo sirvió a medias alguna vez.
Porque fue Edward Longshanks quien personalmente había nombrado caballero a Bruce y este factor, por sobre todos los demás, hizo que la decisión de Bruce fuera una difícil.
La batalla de Falkirk vino a ser el punto fundamental en los destinos de Bruce y Escocia. Porque fue en Falkirk donde Bruce decidiría sus verdaderas lealtades. Y es aquí, en Falkirk, donde nuestra historia comienza…
Parte 1—Después de la Batalla
La batalla de Falkirk terminó
la cena servida por todos lados
Sentados comiendo dos escoceses de pelo rubio
que pelearon en la guerra inglesa.
Y el señor inglés se sentó susurrando
comentó con una burla y con desprecio:
«He aquí al escocés traidor
con la sangre de los suyos en sus manos.»
Ahora Robert Bruce al escuchar, entonces
reflexionó larga y duramente, que:
«Sí, de hecho, podría decirse
que las manchas de sangre son de la mía.»
Porque era la que él había derramado
de los corazones de sus fieros compatriotas
que habían estado combatiendo contra los señores ingleses
defendiendo a amigos y familia.
Por lo que con luz cegadora la verdad se hizo evidente
Bruce rápidamente se puso de pie
Y en la bóveda de una capilla cercana
el perdón de Dios él buscó.
Porque el tiempo es como una araña,
tejiendo redes alrededor de nuestras vidas.
Y vivir no es sino para la lucha,
para desentrañar todas sus mentiras.
Parte 2—Su Juramento Solemne
Él hizo un juramento solemne,
nunca descansar un solo día,
hasta que la Escocia de su nacimiento,
fuera hecha libre.
Sir John «El Rojo», el otro escocés,
la verdad no vería.
Así que él y Bruce en peleas cayeron,
ya que ninguno de los dos podía estar de acuerdo.
Y en medio de palabras de desdén en el terreno de la pasión
la daga encontró su marca
y John «El Rojo» con aliento jadeante
cayó muriendo en la oscuridad.
Fuera de la puerta de la capilla, Bruce corrió
buscando su corcel
y a dos compatriotas que estaban sentados descansando
les contó su imprudente acción.
Lindseg y Kirkpatrick dijeron
«No deje el hecho en la duda».
Y entraron ellos en la capilla
Sacando las dagas.
Porque el tiempo es como una araña,
tejiendo redes alrededor de nuestras vidas.
Y vivir no es sino para la lucha,
para desentrañar todas sus mentiras.
Parte 3—El Rey Forajido
Ahora en desesperación Bruce huyó
un forajido marcado y buscado.
Que hizo el reclamo de la corona de Escocia
y la tierra que una vez había combatió.
Convocó a sus compatriotas
para reunirse en la Abadía de Scone.
Y ahí en el salón de la capilla,
recibió la corona de Escocia.
Osadamente Bruce condujo a sus fuerzas
aún cuando las victorias no fueron suyas.
Sus columnas golpean y huyen
y se esparcían por los juncos.
Desde distrito a distrito él deambuló.
Ningún lugar pudo hallar para descansar.
Porque los ingleses lo buscaban por todos lados
En el Este, en el Norte y en el Oeste.
Con vista ansiosa él deambuló
en los rincones más profundos y salvajes.
Cruzó montañas y prados y páramos
Sobre ríos y arroyos balbuceantes.
Porque el tiempo es como una araña,
tejiendo redes alrededor de nuestras vidas.
Y vivir no es sino para la lucha,
para desentrañar todas sus mentiras.
Entrada original: «The Ballad of Robert The Bruce». Remnants of a Season: The Collected Poems of Robert N. Taylor. Dominion/Ultra, 2016
Traducción: Francisco JavGzo
Un comentario en “La Balada de Robert The Bruce (pt. 1)”