Sebastián Vera

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Había que esperar para ver de que forma evolucionaban los acontecimientos. No se pueden realizar predicciones que perfectamente (y muy probablemente) terminen siendo erróneas considerando lo repentino de todo lo que ha ocurrido en el mes recién pasado.

Quiero dejar en claro que no estoy en contra de la violencia, desobediencia civil y de la desestabilización institucional en si como métodos de lucha. No es ese el meollo del asunto ni tampoco el objeto de este artículo de opinión. No puedo evitar eso sí, referirme aunque sea brevemente al fondo de la contingencia política.

Como indican todos los índices objetivos, Chile, en todos los ámbitos, jamás ha estado mejor que hoy. El sistema social de mercado, denominado por la plebe como “neoliberal”, ha sido el más exitoso modelo económico que ha tenido este país desde su misma fundación. En términos de reducción de la pobreza, movilidad social y calidad de vida en general nunca antes se habían alcanzado niveles tan altos que bajo este sistema económico y este aparataje institucional[1]. Evidentemente, todo sistema es perfectible y ninguno está exento de fallas, ya sea intrínsecas o provocadas por el componente humano. Por supuesto, como en toda Latinoamérica, no estaba exento de caer presa de la corrupción, la cual, con todo, era de las más bajas del continente[2]. Curiosamente, el estallido social vino precisamente en un trimestre en que, al fin, los cálculos sobre crecimiento económico anual iban al alza[3], junto con la inversión extranjera. Y es que, si bien efectivamente una masa gigantesca de personas se sumó posteriormente a las más diversas manifestaciones, es innegable el hecho de que, al menos en el inicio mismo, ocurrieron hechos altamente planificados y magistralmente organizados[4]. Injerencias de los servicios secretos venezolanos y cubanos no pueden descartarse en ningún caso, algo que, de comprobarse, sería gravísimo en términos de relaciones internacionales en una región del planeta que atraviesa una evidente crisis de inestabilidad[5]. De más está el resaltar también el excelente trabajo educacional que ha realizado la izquierda durante estas décadas. Su adoctrinamiento, introducción de conceptos y adulteración del significado de los mismos han calado profundamente en la sociedad chilena. Si a eso se le suma la falta de cultura general tan propia de la juventud occidental moderna y el tener un CI promedio de dos dígitos tenemos los ingredientes para una receta para el desastre. Un ejemplo de manual de lucha cultural. No queda más que reconocerle ese hecho a la izquierda asistémica y extraparlamentaria.

¿Cuál es la situación de los criollos dado el estado actual de la realidad?

En Chile, la minoría blanca se encuentra ubicada, en términos socioeconómicos y en general, como se dice coloquialmente, de clase media hacia arriba. El criollo como sujeto político no puede plantearse en términos colectivos en un país como Chile (y quizás incluso en ningún país americano). Podríamos incluso, al constatar la cantidad de ataques a monumentos históricos representativos de la herencia española (específicamente la de los conquistadores que fundaron este país[6]) y la saña psicótica con el que se hicieron, que es, en el fondo, una rebelión contra toda jerarquía y concepto occidental de orden, y todo lo que esto representa. El identitarismo y el colectivismo, dada la situación racial de Chile, son esencialmente incompatibles. Es más, sólo mediante una consciencia de individuo es posible que una persona blanca en este país pueda reafirmar su naturaleza. Por tanto, el proceso de autoidentificación identitaria, en nuestro contexto, es de carácter fundamentalmente individualista. A fin de cuentas, todo proceso de autoidentificación identitaria comienza con un examen, honesto y a consciencia, del propio fenotipo (y del grupo familiar ascendente, por supuesto).

¿Qué hacer, entonces?

En primer lugar, y siendo completamente honesto, ante la disyuntiva de vivir en un país esencialmente mestizo, prefiero vivir en uno medianamente rico (hablando en términos latinoamericanos) que en uno pobre. Y no sólo eso. Recordemos que desde la fundación de los intentos de repúblicas latinoamericanas los Estados han intentado conformar, a la fuerza, por medio de planes educacionales, relatos historicistas y como no, por medio de la violencia, crear un mito fundacional para así moldear un grupo humano heterogéneo racialmente hablando y afianzar su existencia hacia el futuro. La respuesta ante este poder avasallador es precisamente un Estado que se inmiscuya lo menos posible en la vida de los ciudadanos. De esta forma, si bien no en un ambiente propicio, la consciencia identitaria podrá sobrevivir. Es por eso que un tema que debería ser de importancia para nosotros es el de la Carta Fundamental. Una Constitución que establece una serie de limitaciones del Estado frente al individuo será mil veces preferible a una bananera de 400 artículos. La importancia de esto es constatada incluso por autores como Jack Donovan[7].

Sea como sea, el destino de los criollos probablemente sea, a largo plazo, idéntico al de los blancos que llegaron al subcontinente indio hace ya más de 3.000 años. Si bien hubo una mezcla parcial desde el inicio de la migración, también es cierto que se mantuvieron como un grupo fácilmente reconocible durante por lo menos varios cientos de años. Pero el tiempo, los acontecimientos históricos y el cambio de las ideas dominantes hicieron lo que es inevitable. En la actualidad, quedan aún resabios de grupos humanos blancos o mayoritariamente blancos en ese sector geográfico del planeta[8][9], pero seamos honestos: cuando se nos viene a la cabeza un indio no pensamos en un bramán del primer mileno antes de Cristo. Tarde o temprano, lo más probable es que como grupo humano nos ocurra lo mismo (algo que ya ocurre en Centroamérica). Depende de cada uno saber reconocer los momentos de inflexión histórica que nos permitirán o existir un tiempo más o encontrar una salida milagrosa al abismo, o bien hundirnos junto con el grueso de la población de este país a una situación de la que quizás nunca quiso, ni debió ni mereció salir.

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Notas.

[1]https://www.youtube.com/watch?v=o9FlUkG2du4&t=1108s

[2]http://www.rendircuentas.org/noticia/indice-percepcion-la-corrupcion-2019/?fbclid=IwAR2d9bLHJdHdmAerIpJ1vtC4E2QXbxZyG3hVud_ekpVjeFeRApzsDMtDZ2s

[3]https://www.emol.com/noticias/Economia/2019/08/19/958422/Banco-Central-confirma-crecimiento-de-175-en-el-primer-semestre.html

[4]https://www.emol.com/noticias/Nacional/2019/10/27/965512/Fiscalia-comienza-investigacion-en-Metro.html

[5]https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50425098

[6]https://www.youtube.com/watch?v=ji37k81iXRg

[7]https://www.jack-donovan.com/sowilo/2019/09/05/the-bill-of-rights-is-what-matters-now/fbclid=IwAR1Rr4jbVUvWTzc0tpjtMI0WkcZKJfJKRzEJxS_1F5WxRMOZcuAD4ukWyhA

[8]http://europasoberana.blogspot.com/2013/05/descendientes-de-los-arios-restos-de_4.html

[9]https://www.youtube.com/watch?v=fc2Qcca8xkE&list=PLF–TdZ-vn62BJZxq7x5jwB54fIVgKcPj