La noche oscura del alma viene justo antes de la revelación. Cuando todo se pierde, y todo parece oscuridad, entonces viene la nueva vida y todo lo que se necesita. — Joseph Campbell
Para mí, 1969 fue un año sombrío y lúgubre, una época de aislamiento y desesperación en mi vida. Había pasado los más de ocho años anteriores involucrado en los Minutemen, una organización revolucionaria conservadora, trabajando diariamente por sus objetivos. 1968 había sido un periodo agitado y crucial en estas actividades. Todo lo que habíamos intentado conseguir había salido mal, dejándome reflexionar y rumiando el por qué y el para qué. Fue una época de amargos arrepentimientos. Las razones de todo esto estarían más allá de lo que se puede contar aquí en este artículo y sería mejor para otro momento. Fue en esta época de crisis personal cuando el arte se convirtió en mi puerto en la tormenta. Ese año había completado más de cien pinturas al óleo, numerosos ensayos y poesía. En el invierno de 1969, mi amigo y primo Nicholas Tesluk y yo empezamos a trabajar juntos en la composición de la música que constituiría el corpus de los primeros trabajos de nuestra banda, Changes: yo como poeta escribiendo las letras y Nicholas como músico creando las melodías.
El primer lugar en el que tocamos nuestra música ante una especie de público fue en la cafetería de The Process Church of the Final Judgment —una secta apocalíptica, nada menos— en Chicago. No es de extrañar que nuestras baladas, oscuras y a menudo apocalípticas, encontraran allí el favor del público. A partir de ahí, empezamos a ir a audiciones en varios cafés de Chicago y, finalmente, en colegios y universidades de la zona. En cuanto a nuestra acogida, fue positiva en general, aunque dudo que muchos de los asistentes a nuestras actuaciones tuvieran una visión profunda de lo que hacíamos o de los mensajes de nuestra música. La mayoría de las veces, los oyentes se acercan a la música en sí misma sin pensar en el contenido, como si fuera música de primer nivel. Tanto a Nicholas como a mí siempre nos ha gustado la música folk: principalmente grupos como el Kingston Trio, Pentangle, Fairport Convention y bandas que hacían música folk tradicional. La música folk se había convertido esencialmente en un vehículo de propaganda de izquierdas con gente como Pete Seeger, Joan Baez, Bob Dylan y demás. A mi entender, fuimos los primeros de la época en tomar las cosas desde otra perspectiva. Nuestra música estaba realmente en la línea de promover nuestra propia cultura folclórica de Occidente.
En el invierno de 1969-70 escribí Legends, una balada de 210 líneas. Inicialmente estaba compuesta por tres partes. Nicholas compuso la música con tres variantes del tema principal. Me impresionó mucho lo que había hecho y decidí añadir tres partes más y convertirla en una chanson paneuropea. Esperaba que los que se introdujeran en los temas pudieran proseguir su interés leyendo las obras en las que se basaba la canción: todos los temas heroicos de varias etnias de Europa. Con el tiempo, compusimos otras piezas largas no muy diferentes de Legends: The Ballad of Robert de Bruce y The Song of Roland. Yo había subtitulado estas canciones como «Poesía épica en miniatura», y eso es lo que sentía que eran. No conozco ningún otro grupo que haya abordado la música desde este ángulo.
En los años siguientes escribimos muchas otras piezas. «Twilight of the West» es una canción en tres partes que resume la Decadencia de Occidente de Spengler. Muchas de las canciones que hicimos eran simplemente canciones de amor, un tema que concierne a la mayoría de las baladas que se han escrito. Como artistas, no queríamos convertirnos en simples propagandistas. La música que arranca con esa intención rara vez resulta muy memorable al final. Sólo escribí cosas que me conmovían, personalmente, en el momento de escribirlas. No escogí ni elegí los temas. Los temas me eligieron a mí, por así decirlo, a modo de inspiración.
Durante este mismo periodo, empecé a explorar el camino pagano. El paganismo empezaba a agitarse y a resurgir en Occidente, y mi interés y actividades en este ámbito alimentaron mi música. Al principio, gran parte del neopaganismo encontraba sus fuentes en la religión clásica de Grecia y Roma. Era muy accesible. Menos accesible era la religión precristiana de los pueblos teutónicos y celtas. Empecé a profundizar en esos campos, lo que finalmente me llevó a formar el grupo seminal Ásatrú/Odinista en el Medio Oeste. Sin que yo lo supiera en ese momento, Else Christensen, un inmigrante danés, había fundado la Odinist Fellowship, y Steve McNallen había formado la Viking Brotherhood que se convirtió en el inicio de la Asatru Free Assembly. Con el tiempo, todos llegamos a conocernos y a realizar objetivos mutuos, más o menos. Esa fue la génesis del renacimiento o resurrección religiosa pagana en Norteamérica.
Empecé a ver la música y el camino pagano como partes de un mismo todo. Nuestra música era una revuelta contra la cultura pop, la superficial y chabacana promovida por Hollywood y los medios de comunicación y las grandes corporaciones discográficas. De hecho, todas las áreas culturales reales tienen realmente una base espiritual en el centro de su existencia. Son radios que irradian hacia fuera desde lo espiritual y que expresan ese espíritu en diferentes formas y áreas de una cultura. Así que considero la escena neofolk como una expresión de ese paganismo revivido como su base espiritual.
A mediados de los setenta, Changes entró en hibernación. Nicholas y yo empezamos a formar familias y teníamos otras prioridades que atender. Nicholas y Mark Andrews —un amigo de Nicholas en Colorado, donde fijó su residencia— formaron la banda Phase II. Mientras tanto, yo seguía escribiendo letras y poesía en Chicago. En ausencia de Nicholas, empecé a componer con la guitarra algunas de mis letras, y Nicholas empezó a escribir las suyas. Mientras tanto, más allá de Changes, unos diez años más adelante en la línea de tiempo, empezaron a surgir bandas similares, principalmente en Inglaterra con Current 93 y las bandas que crecieron a partir de ella, como Sol Invictus, Death in June, Fire and Ice y otras. En la mayoría de los casos, era el resultado de aquellos que estaban hastiados por la política de su tiempo y lugar y se volvieron hacia la música para expresar su angustia (no muy diferente de cómo yo había llegado al arte y la música). Ese parece ser el hilo conductor del surgimiento del género: la desafección del statu quo, de la cultura pop y de los falsos valores de nuestro tiempo, por no hablar del desmoronamiento de nuestra civilización que en la actualidad sólo pueden ignorar los ciegos e insensibles, aunque los hechos hablan por sí mismos de forma muy evidente.
A principios de los años 90, mi buen amigo Michael Moynihan produjo y lanzó el primer CD de Changes, Fire of Life, en su sello Storm junto a Cthulhu en Alemania. A pesar de ser de baja calidad como resultado de los métodos de grabación de la época (cinta analógica de carrete), el lanzamiento fue bien recibido y no puedo recordar una sola crítica negativa al respecto. Lleva casi veinte años en el mercado. Como resultado de su popularidad, Changes (tanto Nicholas como yo) volvimos a actuar y hemos seguido haciéndolo hasta la actualidad. En 2013, hicimos una gira de diez actuaciones por Europa. Está por ver por cuánto tiempo más podremos hacerlo, ya que ambos envejecemos.
En cuanto a la escena general del folk apocalíptico, neofolk o uber-folk, como se le llama a veces, es fuerte y se ha ampliado a lo largo de los años, y otros géneros han entrado en la escena general como la música industrial como la que hacen Boyd Rice y Der Blutharsch; la música de trance chamánico como Allerseelen; la electrónica como en Blood Axis; y el propio Black-Metal. Estos han tomado muchos de los mismos temas dentro de sus respectivos géneros. Así que la escena se ha ampliado y continúa ramificándose y manteniéndose vibrante y viva. Una de las mejores características de esta escena es que es una cultura de la amistad. La mayoría de nosotros nos agradamos de verdad y nos apoyamos mutuamente, y a menudo colaboramos entre nosotros tanto en las grabaciones como en el escenario. Nicholas y yo hemos colaborado con Werkraum, Allerseelen, miembros de Blood Axis, Cadaverous Condition, Der Blutharsch y otros a lo largo de los años, y sin duda seguiremos haciéndolo. Esto no es en absoluto el caso de la cultura pop, que es un asunto de perros y gatos, generalmente. No me refiero a esta escena como underground, sino como uber-ground. No estamos por debajo del statu quo; estamos por encima de él en calidad, sinceridad y propósito. Más allá de otras bandas, también tenemos una buena relación con quienes asisten a nuestras actuaciones y apoyan nuestro trabajo. Nunca he pensado en ellos como fans (en el sentido burdo de la palabra). Más bien, son amigos y siempre somos accesibles para ellos sobre esa base.
En cuanto a la eficacia de esta escena, se puede ver a través de los esfuerzos de los reaccionarios de la izquierda —los llamados antifascistas o antifa— que hacen una carrera de atacarla. Con la caída del comunismo soviético, esta gente quedó en el vacío y esto es lo mejor que pueden hacer para que la vida tenga sentido para ellos. La mayoría está probablemente financiada por «los poderes fácticos». Changes ha tenido algunos problemas a lo largo de los años por parte de estos tipos; nos han atacado en sus sitios web, al igual que muchos otros en esta escena. Ninguna de estas personas parece haber escuchado nunca nuestra música. De alguna manera, se han hecho a la idea porque han leído algo que algún otro malhechor escribió contra nosotros, y uno cita al otro, y ninguno parece tener un indicio o facultad crítica sobre lo que realmente es nuestra música.
Cuando terminó nuestro espectáculo de diciembre de 2003 en Chicago, yo y una dama que había conducido una distancia considerable para asistir al espectáculo pasamos la noche juntos, y fue una velada de lo más maravillosa y memorable. Ahora llevamos casi diez años casados, y se lo debo a los antifa, al menos en parte. Esa noche compartiríamos escenario con Death in June y Der Blutharsch. Ciertamente, es una prerrogativa de un local no acoger a una banda que no le gusta o que teme que le traiga problemas del otro lado. Después de que el primer local nos cerrara el paso, otro estaba dispuesto a proporcionar un escenario hasta que el jefe de policía de ese distrito les llamó por teléfono y les dijo que si nos permitían tocar, encontraría la manera de quitarles su licencia de alcoholes. Este es un policía que juró defender la Constitución y la Carta de Derechos. Supongo que estos documentos no se aplicaban a nosotros, así que, en esencia, era una censura apoyada por el Estado. Se nos negó nuestro derecho a la libertad de expresión según la primera enmienda, tal y como supuestamente establece el sistema.
En cuanto a Changes, seguimos publicando música. Nuestro próximo álbum será Psychonautika, un disco sobre la experiencia psicodélica. Apropiadamente, todo el embalaje será en 3-D con gafas ChromaDepth proporcionadas como parte del paquete. Nicholas está trabajando en ello en estos momentos, y tiene un aspecto estupendo. Espero el producto final con gran expectación.
Y en cuanto al tema inicial de los trovadores del apocalipsis, creo que hemos mantenido nuestro status, ya que recientemente hemos sacado un disco de siete pulgadas que contiene «Mahabharata of the Soul», que es lo más apocalíptico que puede haber.
Así que seguimos adelante, y la escena continúa expandiéndose exponencialmente a medida que surgen nuevos proyectos musicales. Por mi parte, me siento satisfecho de haber sido uno de los pioneros de esta cultura y de haber contribuido a ella. Es una cultura con raíces y significado que trasciende la cultura pop superficial…. hacia adelante y hacia arriba.
Publicado originalmente como «Out of the Darkness», en Southgate, T. (ed.) Troubador’s of the Apocalypse. Black Front Press
Traducción por Francisco JavGzo.
Círculo de Investigaciones PanCriollistas 