Francisco JavGzo

Watain - The Agony & Ecstasy Of Watain - Amazon.com Music

Honestamente, The Wild Hunt no me pareció un mal disco. Es más: creo que fue injustamente castigado por los fans, quienes extrapolaron «They Rode On» (que son como ocho minutos de los instantes finales de «Waters of Ain») a la percepción general del disco, trabajo que no se destaca precisamente por ser lento (quizás «The Wild Hunt» y «Holocaust Dawn» sí) ni poseer voces limpias. Quizás el disco intenta ser majestuoso y épico, vena que ya remontaba a Sworn To The Dark, y no es tan desgarrador como Rabid Death’s Curse, pero no diría que es progresivo como he leído en otros lados. Por otro lado, Trident Wolf Eclipse intentaba hacer una vuelta al pasado, como intentando desligarse de The Wild Hunt con temas más cortos, menos épicos y con veinte minutos menos de duración en comparación a los dos discos predecesores. En él no había ningún «I Am The Earth» pero sí mucho «On Horns Impaled», si es que eso sirve de referencia.

Luego de cuatro años desde Trident Wolf Eclipse, 2022 nos trae el no majestuoso pero sí increíble, veloz y violento The Agony & Ecstasy of Watain, con casi cincuenta minutos de lo mejor del blackmetal actual, con una banda que ya no tiene demasiado que perder (ya los han acusado de nazis y de posers, así que ya no quedan muchas acusaciones más por hacer) y que tampoco teme a innovar. «Ecstasies in Night Infinite» abre el disco de una manera muy semejante al caso de «Nuclear Alchemy» con Trident Wolf Eclipse, es decir, riffs acelerados y una explosión en los primeros segundos, que refleja con bastante fidelidad lo que es Watain («On chariots of fire they approach, A violent force that spurs the storm and spurs the lightning«). 

Watain – The Agony And Ecstasy Of Watain – Album Review

En cuanto a lo musical, The Agony & Ecstasy of Watain tiene más toques a Nifelheim, Suicidal Winds o Kill antes que a Dissection, Malign o Funeral Mist, aunque también se atreven a indagar en el uso de teclados (como el instrumental «Not Sun nor Man nor God»). Ya hace rato que Watain viene profesionalizando su proceso creativo y la ejecución del mismo, lo que ha repercutido en el alejamiento del baterista Håkan Jonsson, quien ya no sólo no toca en vivo con la banda, sino que tampoco grabó las pistas de percusión, las que fueron tocadas por Emil Svensson. Si bien Jonsson aparece acreditado en la composición de las canciones (para mantener la mística del triunvirato de Watain), lo más probable es que el disco haya sido compuesto mayormente por Erik, seguido por los aportes de Pelle.

Respecto a las líricas, si bien no está la profundidad ni complejidad de «Hymn to Qayin», «Waters of Ain», «Stellarvore» o «The Golden Horns of Darash», canciones como «We Remain» y «Before the Cataclysm» alcanzan ribetes épicos, aventurándose a incluir voces femeninas (sin delicadeza) al comienzo de «We Remain».

Tonight, I stood out by the sea
And saw the seventh lighthouse glare
The yonder beckons, the twilight calls
And one day, I’ll meet you there
Where unchained spirits, rampant, soar
In starless heavens, like before
The cataclysm, in timeless time
When God was not forevermore

(extraído de «Before the Cataclysm»)

What if life is but an intermission?
The flickering of dying flame
And in the endless night in which it burns
Concealed, forever
We remain

(extraído de «We Remain»)

Finaliza el disco con «Septentrion», que debería estar entre las mejores composiciones de Watain, donde se exhibe todo lo que Watain es musicalmente: múltiples cambios, melodías propias del blackmetal sueco, donde lo majestuoso y lo dramático se mezclan con líricas oscuras que no caen en la vulgaridad, algo que no ha disminuido aun a pesar del éxito comercial que ha experimentado la banda en los últimos diez años.

And there were things that came to pass
That evеr shall remain within their shrine of silеnce
Even when we lay pale
And our voices have become but whispers
From beyond the thinning veil
Emerging from out of the shadows
I saw and I beheld, in awe and fright
A blood-drenched animal trembling in the dark.

(extraído de «Septentrion»)

Un disco sin puntos bajos, furioso, equilibrado, con cambios de velocidad que permiten apreciar las diferentes facetas musicales de la banda y con una pareja creatividad que hace que el disco resulte algo breve si se pretende escucharlo sólo una vez. Lo mejor de Watain en doce años.